domingo, 6 de septiembre de 2009

NOCHES SENSUALES EN LA SEGUNDA

Las calles de Caucasia están solas; sin embargo, en la noche, está presente su aire citadino. No hay avisos que indiquen los lugares en exactitud, ni lo prevenido que se debe estar, es el ambiente quien se encarga de transmitir suspenso, precaución, prudencia. Caminar calle tras calle, cruzando avenidas, y volteando esquinas; es un encuentro con distintas personalidades, caucasianos que escogen uno de los diferentes tipos de belleza femenina para obtener placer. El aire que en la mañana, a causa del río, olía a pescado, a sudor, a tierra… ahora pasa a ser seductor. Los aromas de varios perfumes, tanto femeninos como masculinos, se toman la segunda volviendo el espacio un salpicón de fragancias. Mujeres por aquí, por allá; cada una con su forma de hacer ver sus atractivos físicos. Llamar la atención del género contrario es la tarea de todas las noches, ya sea por gusto o por dinero. La clínica ubicada al comienzo de la calle es un foco desde donde se pueden mirar los locales, las prostitutas y sus clientelas; donde se ve pasar todo tipo de carros, de gente y de situaciones; donde recibes toda clase de miradas y piropos. Sentirse sexy y verse sexy, así se proyectan las mujeres. Sus cabellos sueltos o recogidos; negros, castaños o rubios adornados con flores, ganchos color plata, oro o arco iris; acompañado de aretes pronunciados o discretos. Su maquillaje intenso, suave, o a veces nulo en tonos rojos y de vez en cuando rosa, resaltan sus ojos al igual que sus labios. Blusas cortas que muestran sus senos, espalda y abdomen dando paso a su ombligo y otras zonas, en conjunto con pulsos de plata o dorados que se mueven de un lado a otro cuando juegan con su cabello. Sus shorts cortos resaltan sus piernas, dejando ver sus glúteos y parte de sus entrepiernas; o vestidos cortos, bien tallados, que hacen visibles estas mismas partes y las curvas de sus cuerpos. Tacones y botas altas, altísimas; y a veces tenis. En la calle todo es movilidad. Policías haciendo requisas, debido al ambiente pesado –muertes– que se vive en Caucasia, hombres de toda edad en busca de amor, las personas que salían y entraban de la clínica quién sabe con que problemas… parece un escenario que contiene varios mundos. El movimiento de caderas, cabello y cintura conforman un baile sensual, su escenario fundamental es en frente de las puertas de los locales, cruzando la calle, al lado de la puerta de la clínica, y encima de las motocicletas de los hombres. Hay situaciones particulares donde fuera de la calle y a vista de todos algunas parejas disfrutan la música rozando lentamente sus cuerpos, y proyectando del ritmo tentaciones y placeres. Esa calle larga que dicen llamar la segunda, puede nombrarse como la primera en cuanto al disfrute de la música, de la brisa que viene del río, de los olores, de los placeres… de quien sabe cuantas características que no se evidencian con una sola observación, pero que logran generar curiosidad. El río, las mujeres, los hombres, la calle y los locales, el tráfico, los policías… todos forman el ambiente sensual, misterioso y atrevido que transmite la calle segunda.

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